Aterrizar

Últimamente estoy triste.
Conectada y triste.

Aterrizar es jodido. Y no es precisamente un Boeing 777 con lo que he tocado tierra. Ha sido con este cuerpo de 34 años y 52 kg. que no volaba muy alto en realidad, apenas se elevaba tres palmos sobre el suelo y de forma figurada, pero el aterrizaje ha sido de los forzosos. La sensación de una astronauta que pasa de un estado anti gravitatorio a otro gravitatorio no debe ser muy diferente. Aún estoy intentando "controlar mi nave" para evitar una colisión mortal.

Nadie me dijo que aterrizar fuera tan jodido...

Aquí estoy, haciendo intentos inútiles en el supermercado para impedir que se desencadene esa cascada de lágrimas-mocos-hipo que me asalta a veces sin avisar mientras elijo de la estantería arroz S.O.S. y lo lanzo a la cesta de la compra...

Aquí estoy, dejándome arrastrar por esta apatíainterminable, sintiendo cómo me engulle el sofá o la cama o el suelo. Da igual. Lo importante es no salirme del modo horizontal. Cuando no es una gripe, es una resaca y cuando no es resaca es menstruación, y cuando no es menstruación es migraña, o frío, o soledad o L  A  V  I  D A.

Aquí estoy, comprando de forma compulsiva por amazon mientras el mundo se acaba. Me compro piedras naturales, una baraja gitana, material de yoga, libros y más libros, me compro herramientas de autodefensa... todo pensando hacer de esta pista de aterrizaje un lugar más seguro pero más tarde me doy cuenta de que cada objeto se interpone en el asfalto haciéndome maniobrar bruscamente.

Aquí estoy, dejándome querer por mi gato, que como una lapa no se aparta de mí. A veces amanezco con su hocico rozando mis párpados. Otras tropiezo por casa con él porque se enreda entre mis pies. Y otras, desayuno pelo porque no hay manera de que abandone la misma mesa donde descansa la tostada... Parece como si quisiera amortiguar con su pelo negro a modo de manto mullido y brillante mi caída... se lo agradezco tanto, esto...

Aquí estoy, atravesada por la música de mis cascos bajo el suelo de Madrid, con el previo aviso de "volumen demasiado alto" que a mí siempre me parece insuficiente. Tan insuficiente como tú, y como tú, y como tú también. Vínculos vacíos que he llegado a coleccionar en el último año y todos ellos me dejaron insatisfecha. La música acompaña mejor.

Al menos, eso: aquí estoy.
En este juego al escondite conmigo misma, al fin me he encontrado. Pero la pista de aterrizaje tras la carrera para llegar a esa meta y gritar bien fuerte "¡por mí y por todas mis compañeras, pero (y por primera vez) por mí primera!", se está haciendo larga e insufrible. Mi vida parece ahora un plano travelling out


Y es que aterrizar es jodido. Y yo no sabía cuánto.



Comentarios

Entradas populares